Un nuevo estudio de la Universidad de Aberdeen, en Escocia (Reino Unido), asegura que algunos ácidos grasos omega-3 que tiene el pescado pueden ayudar a fortalecer la masa muscular, que en la gente mayor de 40 años se reduce entre un 0,5 y un 2 % cada año. Este proceso natural de envejecimiento se conoce como sarcopenia y es una de las principales causas de debilidad e inmovilidad en los ancianos, pues se calcula que la sufren una de cuatro personas de entre 50 y 70 años, y más de la mitad de los mayores de 80.
La fórmula perfecta: omega-3 y ejercicio físico
Después de que estudios previos con animales hubieran demostrado que las dietas ricas en omega-3 aumentan el volumen muscular, los investigadores de la Universidad de Aberdeen, liderados por el doctor Stuart Gray, decidieron investigar si estos podrían ayudar a revertir la sarcopenia en humanos.
Los científicos seleccionaron a 14 mujeres mayores de 65 años, a las que dividieron en dos grupos. Todas ellas tuvieron que someterse a un programa de ejercicio físico de 12 semanas que consistía en dos sesiones de 30 minutos de ejercicios estándar para los músculos de las piernas. La mitad de las mujeres ingirieron suplementos de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA), conocidos ácidos grasos omega-3, mientras que el otro grupo recibió un placebo de aceite de oliva.
Es recomendable conocer qué ácidos en concreto tienen los suplementos que se toman
Al comienzo y al final del ensayo, se midió la fuerza muscular de las piernas de las mujeres, y los resultados fueron convincentes. Las mujeres que tomaron el aceite de oliva experimentaron un incremento del 11 por ciento en su masa muscular, mientras que aquellas que recibieron EPA y DHA tuvieron un aumento del 20 por ciento, una mejora estadísticamente significativa.
Pese a los resultados alentadores del estudio, el doctor Gray ha explicado a la BBCque no todos los suplementos de aceite de pescado tienen por qué presentar estos beneficios: “Una cápsula que contiene un gramo de aceite de pescado puede que sólo contenga 100 miligramos de EPA y algunas otras pueden contener 400”. Por ello recomienda conocer que ácidos en concreto tienen los suplementos, sin olvidar tomar el pescado de forma directa, que es la forma natural de obtener estos beneficios. Los pescados con más alta concentración de ácidos grasos omega-3 son los peces de aguas frías como el salmón o la trucha y todos los pescados azules, como las sardinas, los boquerones o la caballa.
El aceite de pescado también retrasa el deterioro cognitivo
Aunque el trabajo de la Universidad de Aberdeen es el más reciente, las publicaciones sobre los beneficios de los ácidos grasos omega-3 son regulares. Su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares es de sobra conocido pero, según algunas investigaciones, sus beneficios no se limitarían a retrasar el envejecimiento físico, también podría reforzar la función cognitiva de los mayores.
Los científicos observaron una relación positiva entre la ingesta de suplementos y un incremento del volumen cerebral
Una importante investigación del Hospital de Rhode Island (EE.UU.), cuyos resultados se publicaron el año pasado, constató un vínculo entre los suplementos de omega-3 y la función cognitiva de los ancianos. Los investigadores estudiaron la evolución de 819 ancianos, 117 de los cuales tomaron suplementos de aceite de pescado. Gracias a resonancias magnéticas, a las que se sometieron todos los participantes, los científicos observaron una relación positiva entre la ingesta de los suplementos y un incremento del volumen cerebral, en áreas cruciales para la memoria y el pensamiento (la corteza cerebral y el hipocampo).
Los estudios sobre los beneficios de los ácidos grasos omega-3 siguen sucediéndose, pero pronto podría presentarse un problema inesperado. La demanda de suplementos de aceite de pescado es tan elevada, y está creciendo tan rápido, queen dos años podría empezar a escasear la materia prima pues, en resumidas cuentas, las piscifactorías, de las que provienen la mayoría del omega-3 de los suplementos, no dan abasto. Son las conclusiones de un reciente informe de la Marine Conservation Society, que urge a encontrar alternativas vegetales a los suplementos de aceite de pescado, como la salvia hispánica, las nueces, el lino o las semillas de calabaza, plantas todas ellas con alto contenido de ácidos grasos omega-3.